Llueve, y no estás tú para besarme.

Siempre se dice que la lluvia servía de inspiración a Benedetti. Y sin embargo, mírame a mí, bajo la lluvia, y lo único que estoy es mojada. Hoy hace exactamente siete meses que nos llovió por primera vez. Yo salí de mi casa con la intención de encontrarme, pero entonces empezó a llover, te conocí, y se me olvidó como seguir buscándome. Aquel día llovía demasiado para la sonrisa de idiota que tenías en la cara. Me entraron ganas de gritarte: ¡Está lloviendo! ¡Nos mojamos! ¡No puedes ser feliz!. Y sin embargo, tu me miraste, volviste a sonreír y dijiste: "Nunca llueve a gusto del que no quiere". A partir de entonce siempre quise que lloviese a gusto nuestro.

Hoy hace exactamente siete meses que me mentiste por primera vez. Tu frase de aquel día, debería de haber sido: "Nunca llueve a gusto del que no lleva paraguas"

Supongo que las cosas siempre son así. Mientras que tú encontrastes un paraguas, yo sigo aquí, mojada por fuera, diluviando por dentro, sin Benedetti y sin paraguas.

Hoy llueve, y no es para nosotros.

"lo extraño es que no sólo llueve afuera

otra lluvia enigmática y sin agua

nos toma de sorpresa y de sorpresa

llueve en el corazón, llueve en el alma"

Mario Benedetti