Y
morir el día que deje de ser primavera en las mejillas.
El
día que se marchiten las flores de todas las faldas.
El
día en que ya no nos ahoguemos en ojos profundos y no enmudezcamos
ante ciertas sonrisas.
Morir
el día que dejemos de salir porque llueva, que dejemos de correr
porque estamos cansados.
El
día en que la mujer sea más bonita cuando no luche y la sociedad
sea más inteligente cuando grite lo que se le dice.
El
día en que ya no existan mesas cojas y haya muchos menos libros en
las estanterías. El día en que mueran los poetas.
Cuando
se extinga el amor y los corazones aprendan a saber como no romperse.
Cuando el dinero crezca de los árboles y deforestemos todos los
bosques. Cuando las revoluciones no empiecen con orgasmos y los
orgasmos no sean verdaderas revoluciones.
Morir
el día que seamos mucho menos felices.
y
ni siquiera nos demos cuenta.
Me
dijeron que "agachar la cabeza servía para ver mi propio hoyo",
cuando lo que yo intentaba
entender era donde se había ido aquella primavera.
Podría decir algunas cosas, pero este texto es de los que te dejan una especie de pellizco en el alma que no duele, y por eso es una especie y no un pellizco en sí. Tiene belleza, fuerza, emotividad, certeza y deja una sensación inexplicable o que al meno, yo no sé explicar, de algo bonito en su fatalidad terrible.
ResponderEliminarYo dejé de mirar el hoyo al que caería en mi paso siguiente en la vida planificada con futuros que no llegarían porque estaban más allá de ese agujero y decidí saltar al futuro y dejarlo atrás. Aterricé en un color diferente, el futuro se hizo presente y allí esperaba la primavera que no se había ido, sólo fue que la vida no me dejó verla
Un beso, Anastasia, y que tengas un día lleno de cosas bonitas.
¡Por fin una entrada nueva! Lo extrañaba muchísimo, Anastasia. Tienes una forma de escribir verdaderamente increíble y verdaderamente maravillosa. He amado cada parte del relato y me ha transmitido muchísimo y creo que eso es lo que pretendías lograr.
ResponderEliminarHas conseguido que lo relea y que me haya enamorado de nuevo.
Nunca dejaré de leerte, espero que nunca dejes de escribir.
Pero solo entonces, mientras quede algo de esperanza hay que seguir viviendo.
ResponderEliminarBesos miles.
Anastasia. Lo he vuelto a leer y me sigue maravillando. Sólo lo digo.
ResponderEliminarPor cierto, eso de la pecera de anestesia es a propósito?
ResponderEliminarA propósito en relación a que? jajaj en un principio el nombre era un juego de palabras con Anastasia, y y mi blog, que se convertía en mi pecera en la que anestesiaros por unos minutos del mundo real. Luego me lei la elegancia del erizo, y me recordo mucho a los peces de la protagonista de la historia y a como la sociedad nos tiene enjaulados en una pecera como peces que no podemos encontrar el mar, anestesiados de metiras y falsas enmiendas. Así que nose, creo que le voy adjudicando significados distintos cada dia jajaj Un beso y deja de hacer que me sonroje con tus comentarios *.* Muchas muchas gracias por todos :3
EliminarCuando todo se acabe y no nos quede nada, quizá entonces sea hora de morir. Mientras tanto tenemos que vivir como si fuera el último día, porque no sabemos cuándo va a ser.
ResponderEliminarEchaba de menos leerte, y has vuelto a lo grande.
*abrazos*
Por cosas como estas te nominé a dos premios en mi blog. Saludos ;)
ResponderEliminar"Cuando las revoluciones no empiecen con orgasmos y los orgasmos no sean verdaderas revoluciones".
ResponderEliminarNo me has puesto la piel de gallina porque hacen 27º, que sino otro gallo cantaría.
Me ha parecido muy original la historia del título del blog (lo cierto es que no lo imaginaba. Y me encantó La elegancia del erizo). Las personas acuáticas tenéis algo especial. Sólo hay que leerte para comprenderlo :)
Besitos
Miss Carrousel
Extraño mucho tus entradas *.*
ResponderEliminarEs una de esas entradas de las que no puedes decir nada porque te dejan impactada, sin palabras, simplemente genial.
ResponderEliminarun saludo :)