Esta noche me he subido a tu tejado, para escribirle a la
puta luna que se cuela en tu cama, todos aquellos versos que mi cobardía se bebía
cada madrugada con tequila. Y que sin embargo, siempre te escribe contra la
piel. Marcando el punto y final de mis estrofas con besos. Y los
encabalgamientos alejandrinos, con las contracciones de tus orgasmos.
He recordado lo que era desear con tantísimas fuerza rajar
todos los relojes de arena, para llenar de infinito cada instante. Para borrar
la marca del tiempo que nos echaba encima. Para poder sonreír sin miedo al
mañana. Para poder desnudarnos despacio y contemplar en los ojos del otro, el
deseo que empañaba cristales. Siempre te quise a mi manera, porque nunca supe
quererte de otra forma. Te quería cuando te marchabas, te quería en las
segundas oportunidades. Te quería a empujones y por la fuerza. Te quería cuando
te tachaban de imposible. Y probablemente, te siga queriendo de madrugada,
cuando coja a mi cobardía y me vaya con ella a recorrer los bares.
Querer a alguien es eterno, o eso dicen. Tus textos son preciosos Ana, mis más sinceras enhorabuenas de nuevo.
ResponderEliminarMe recordó al poema de Carlos sales "ella es por eso estoy".
Un besazo.
He recordado aquellas siete vidas que nos juramos. Me encanto tu blog. Que bonita entrada. Pasate cuando quieras por el mio. Un saludo =)
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