Valientes de nombre y apellido.

jueves, 18 de abril de 2013

Y la curiosidad se enamoró del gato.


Esta noche me he subido a tu tejado, para escribirle a la puta luna que se cuela en tu cama, todos aquellos versos que mi cobardía se bebía cada madrugada con tequila. Y que sin embargo, siempre te escribe contra la piel. Marcando el punto y final de mis estrofas con besos. Y los encabalgamientos alejandrinos, con las contracciones de tus orgasmos.

 
Esta noche me he subido a tu tejado, y mientras la luna sonreía de medio lado, he recordado aquellas siete vidas que  nos juramos.

He recordado lo que era desear con tantísimas fuerza rajar todos los relojes de arena, para llenar de infinito cada instante. Para borrar la marca del tiempo que nos echaba encima. Para poder sonreír sin miedo al mañana. Para poder desnudarnos despacio y contemplar en los ojos del otro, el deseo que empañaba cristales. Siempre te quise a mi manera, porque nunca supe quererte de otra forma. Te quería cuando te marchabas, te quería en las segundas oportunidades. Te quería a empujones y por la fuerza. Te quería cuando te tachaban de imposible. Y probablemente, te siga queriendo de madrugada, cuando coja a mi cobardía y me vaya con ella a recorrer los bares.
 
 

2 comentarios:

  1. Querer a alguien es eterno, o eso dicen. Tus textos son preciosos Ana, mis más sinceras enhorabuenas de nuevo.
    Me recordó al poema de Carlos sales "ella es por eso estoy".
    Un besazo.

    ResponderEliminar
  2. He recordado aquellas siete vidas que nos juramos. Me encanto tu blog. Que bonita entrada. Pasate cuando quieras por el mio. Un saludo =)

    ResponderEliminar

Dejame aprender de ti.